La presencia de chinches en los hogares, incluso en los más limpios, puede ser un fenómeno inevitable, según la Asociación Británica de Dermatólogos. Estos insectos, que solo requieren una fuente de alimento, encuentran refugio en los lugares más insospechados, lo que dificulta su detección. Un indicio notable de su presencia es un olor peculiar a almendras, que puede pasar desapercibido para quienes no están familiarizados con este signo. Este aroma es generado cuando los chinches se establecen en grandes cantidades, liberando feromonas que dan lugar a este olor distintivo.
Norman Smith, director de Invicta Environmental, advierte que los chinches suelen alimentarse durante la noche, específicamente entre las 2 y las 5 de la madrugada, momento en que los humanos están en un sueño profundo. Las marcas de excrementos, que se asemejan a manchas de color óxido en sábanas y colchones, así como pequeños puntos de sangre, son claves para identificar su presencia. Smith sugiere desechar el colchón afectado y lavar toda la ropa de cama a alta temperatura para combatir esta infestación, que puede escalar rápidamente si no se aborda de inmediato.
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