La transformación del antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi avanza a paso firme hacia su renovación. La delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, junto con la concejala de Arganzuela, Lola Navarro, han visitado este ambicioso proyecto que promete ser una solución efectiva para unificar oficinas municipales dispersas por la ciudad y generar un notable ahorro al erario público. La inversión de 77,8 millones de euros en estas obras se justifica con el ahorro anual de 14,7 millones de euros en alquileres.
El nuevo complejo consistirá en un moderno edificio de forma triangular que se articulará en torno a una plaza central bajo la cual se construirán dos sótanos. Su diseño no solo contempla un área de más de 46.100 metros cuadrados, sino también una extensa plaza de 8.400 metros cuadrados que integrará oficinas, aulas de formación, zonas de archivo y aparcamiento.
El edificio albergará alrededor de 2.500 puestos laborales y se espera que comience a recibir a sus primeros funcionarios a inicios de 2027. Aquellos empleados municipales de la Agencia Tributaria y del edificio APOT del Área de Urbanismo, entre otros, serán trasladados a este nuevo emplazamiento, lo que permitirá un significativo ahorro en los alquileres de edificios repartidos por Madrid.
Una de las principales etapas de las obras contempló la consolidación del edificio. Desde 2019, tras la paralización de obras debido a riesgos estructurales, el Ayuntamiento ha invertido 24,5 millones de euros en reparar las patologías necesarias para asegurar la integración del histórico mercado con una infraestructura moderna, sin alterar su esencia patrimonial.
El proyecto va más allá de una solución funcional para el Ayuntamiento. La rehabilitación del edificio monumental preservará la estructura de hormigón, respetando así los dictámenes de la Comisión de Patrimonio, y busca revitalizar el área circundante. Como parte de la culminación del eje norte-sur que une Castellana, Prado y Delicias, se espera que la finalización de este complejo actúe como un catalizador revitalizador para el barrio de los Metales, incrementando la seguridad, el comercio local y dotando de nuevos servicios a los ciudadanos.
Con el respaldo de las autoridades municipales, Paloma García Romero y Lola Navarro expresaron su entusiasmo por el impacto positivo de este proyecto tanto para los funcionarios como para el entorno urbano, consolidando así un polo de centralidad en la capital.