Cada fin de agosto, los banqueros centrales se reúnen en Jackson Hole, Wyoming, para discutir la política monetaria. En esta ocasión, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de EE UU, anunció que es momento de reducir los tipos de interés, actualmente en 5,25%, siguiendo al Banco Central Europeo y al Banco de Inglaterra. Este cambio en la política monetaria, dirigido a priorizar el crecimiento económico, dejará de centrarse en el control de la inflación, ahora encarrilada al 2,9%. Powell también mostró preocupación por el mercado laboral, con la tasa de desempleo en 4,3% y una revisión a la baja en la creación de empleo. A nivel global, la decisión de la Fed ha afectado notablemente al dólar, influyendo en economías como la china y la europea, y ha llevado a la fortaleza del euro, facilitando potenciales rebajas de tipos para el BCE. Las medidas de la Fed también suscitarán interpretaciones electorales, con Trump criticando la decisión de bajar tipos. La independencia de los bancos centrales sigue siendo mayormente respetada en EE UU y Europa.
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