La Zona Arqueológica del Templo Mayor ha reabierto sus puertas al público tras la instalación de una nueva techumbre, concebida para proteger los admirados vestigios de Tenochtitlan. Esta renovación se tornó necesaria luego de que una fuerte granizada en abril de 2021 deteriorara las cubiertas previas, que databan de la década de 1980. Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), señaló que la consolidación de la infraestructura resultante de este esfuerzo conjunto ha permitido devolver al público el acceso completo a este emblemático recinto histórico. La logística para el reemplazo de las techumbres fue compleja, dado que el sitio se ubica en una zona de alto tránsito en el corazón de la Ciudad de México.
Además de las mejoras estructurales, el Templo Mayor presentó una serie de exposiciones que enriquecen su oferta cultural, como la exhibición de piezas arqueológicas repatriadas desde Estados Unidos. Estas piezas, recuperadas gracias a una operación del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., incluyen 103 elementos de piedra, cerámica y hueso, entre otros. También destaca la incorporación de una lápida de basalto con la inscripción «Ce ozomatli», trasladada recientemente al museo. Con un flujo anual de más de 500,000 visitantes, esta actualización busca enriquecer la experiencia cultural y el significado del sitio para las comunidades locales y visitantes. Para conmemorar este hito, la zona arqueológica dedica su altar de Día de Muertos a las tradiciones de diversas regiones de México, subrayando la valía del patrimonio cultural del país.
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