El Museo Nacional del Prado ha dado un paso significativo hacia la optimización de su gestión interna al anunciar una reorganización estructural dentro de su Unidad de Conservación e Investigación. Esta reingeniería contempla la creación de once jefaturas de colección, cuya supervisión recaerá en manos de Alfonso Palacio Álvarez, el recién nombrado director adjunto de Conservación e Investigación, quien tomará posesión de su cargo el próximo 1 de febrero.
Este esfuerzo de reestructuración responde a la necesidad de manejar de manera más eficiente las más de 40 mil piezas que conforman la rica colección del museo, incluyendo pinturas, esculturas, artes decorativas, dibujos y estampas. Con esta nueva organización, cada jefatura estará a cargo de un especialista en su área, responsable de la supervisión y estudio de las obras.
Entre los nombramientos destacan figuras reconocidas en el ámbito del arte. Joan Molina Figueras, con una vasta trayectoria, ha sido designado para liderar la colección de pintura europea hasta el año 1500. Alejandro Vergara Sharp asumirá la responsabilidad sobre la pintura flamenca y las escuelas del norte. En cuanto a la pintura española, Leticia Ruiz Gómez estará a cargo del Renacimiento, mientras que Javier Portús Pérez supervisará el Barroco. Por su parte, Andrés Úbeda de los Cobos, quien cuenta con amplia experiencia como director adjunto durante los últimos seis años, estará al frente de la colección de pintura española del siglo XVIII y Goya, un nombramiento clave ante el bicentenario de la muerte de Goya que se conmemorará en 2028.
Otros nombramientos incluyen a José Manuel Matilla Rodríguez, responsable de la jefatura de la colección de dibujos y estampas, y Leticia Azcue Brea, encargada de la escultura desde 1700 y de las artes decorativas. Además, Reyes Carrasco Garrido ha sido nombrada nueva Coordinadora General de Conservación y Gestión de la Colección, relevando a Víctor Cageao Santacruz, quien ahora dirigirá la Galería de las Colecciones Reales.
La reunión en la que se dieron a conocer estos cambios también conllevó la aprobación de una modificación en el organigrama del museo, integrando el Área de Relaciones Institucionales bajo la Dirección de Comunicación y Asuntos Corporativos, una movida estratégica que promete fortalecer la imagen institucional del Prado. Esta serie de ajustes refleja un compromiso renovado por parte del museo de cara a la conservación y promoción de su invaluable patrimonio cultural.