La empresa municipal de transportes de Madrid, la EMT, ha anunciado la reapertura de su museo en dos periodos de tiempo muy esperados: del 1 de marzo al 13 de julio y del 6 de septiembre al 16 de noviembre. Tanto madrileños como turistas podrán disfrutar de esta oferta cultural durante los sábados, domingos y festivos, adquiriendo sus entradas previamente mediante la página web del Museo de EMT Madrid.
Distribuido en tres turnos matutinos y la posibilidad de una visita vespertina desde marzo hasta junio, el museo permite adentrarse en la historia del transporte madrileño. Los visitantes tendrán acceso a una colección que incluye 42 autobuses, un autocar y cuatro vehículos auxiliares. Además de vehículos clásicos, el museo exhibe uniformes, mapas y otras piezas históricas que contribuyen a preservar el vasto patrimonio de la movilidad urbana de la capital española.
El impacto del museo va más allá del mero espacio expositivo. La temporada anterior alcanzó una cifra récord de visitantes, con un total de 7.089 personas, equivalente a una ocupación del 84,4%, lo que evidencia el gran interés que despierta esta institución entre el público.
Entre los tesoros del museo, se encuentran históricos autobuses como el Guy Arab de 1947, el Leyland Titan de 1957, y el innovador Pegaso 6035-A de 1966, entre muchos otros. Este año, la EMT se enorgullece de haber sumado nuevos vehículos a su catálogo, incluido un Irisbus Citelis Aeropuerto y el coche oficial de la compañía SEAT 131, en uso durante las décadas de 1980 y 1990.
El arduo trabajo de restauración llevado a cabo desde 1990 ha permitido que muchas de estas reliquias cobren una nueva vida. La empresa ha enfrentado el desafío de localizar, adquirir y restaurar unidades que se encontraban en diferentes estados de conservación, un esfuerzo que ha sido recompensado con la creación de un museo vibrante e informativo.
El Museo de EMT Madrid no es solo un refugio de nostalgia, sino un sitio de encuentro para entendidos y curiosos del transporte, donde las nuevas generaciones pueden aprender sobre la evolución de las infraestructuras de movilidad urbana. Situado en un histórico edificio industrial de 1959, proporciona a sus visitantes no solo una lección de historia, sino una experiencia inmersiva que conecta el pasado con el presente del transporte público madrileño.
