El precio del alquiler vacacional en España se mantendrá elevado durante este verano, con un incremento del 7% en comparación con 2023. Según un informe del Grupo Tecnitasa, la media por una semana en la costa española alcanzará los 1.270 euros, aproximadamente 110 euros más que el año pasado. Aunque la subida es más moderada que en años previos, donde las tarifas aumentaron casi un 10%, la tendencia sigue siendo alarmante: desde 2020, los precios han escalado casi un 40%. Este fenómeno se debe, en gran parte, a la creciente demanda de viviendas turísticas, especialmente en el norte, que se ha convertido en un refugio estival para quienes buscan escapar del calor del sur.
En la comunidad del País Vasco, los precios son notoriamente altos, comenzando por Donostia-San Sebastián, donde un piso de unos 80 metros cuadrados cuesta alrededor de 1.525 euros a la semana. Zarautz le sigue con cifras similares, mientras que en Vizcaya los precios son un poco más accesibles, con Lekeitio cotizando a 1.055 euros por un apartamento de 80 metros cuadrados y Ondarroa a 800 euros por uno de 70. Esta escalada en los costos refleja una saturación del mercado y un cambio en las preferencias de los turistas, que cada vez optan más por destinos del norte.
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