La Iglesia católica ha elegido a un nuevo Papa, sorprendiendo a la multitud que se congregó en la Plaza de San Pedro para seguir el cónclave. La esperada fumata blanca surgió tras la cuarta votación, provocando una explosión de júbilo entre los fieles, muchos de los cuales se encontraban al borde de las lágrimas. La joven italiana que exclamó «¡Es blanca!» resumió la emoción en el ambiente, mientras el nuevo líder de la Iglesia se preparaba para bendecir a Roma y al mundo.
La sorpresa fue notable, ya que las campanas de San Pedro sonaron a las 6 de la tarde sin ninguna indicación de que se había tomado una decisión final. La mayoría de los asistentes planeaba regresar una hora más tarde, lo que llevó a muchos a apresurarse hacia la Plaza, algunos incluso volviendo sobre sus pasos. El nuevo Papa, elegido al igual que Benedicto XVI en la misma fase del proceso, ha dado inicio a su papado en un clima festivo y de expectativa.
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