El colorido y espíritu festivo que envuelven cada año a la villa de Arganda del Rey han encontrado, por fin, un reconocimiento oficial. Esta mañana, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado declarar la celebración del Motín de Arganda como Fiesta de Interés Turístico Regional. Este reconocimiento destaca la importancia cultural e histórica de una de las tradiciones más arraigadas y queridas por los vecinos del municipio.
El Motín de Arganda, que tiene más de tres décadas de trayectoria como festividad, rememora un hecho histórico trascendental ocurrido el 12 y 13 de septiembre de 1613. En esos días, los habitantes de Arganda del Rey se levantaron en una revuelta popular contra el Duque de Lerma, el influyente valido del rey Felipe III. Esta insurrección marca el acontecimiento histórico más significativo para la localidad, y su conmemoración anual es un recordatorio vibrante del espíritu de resistencia y unidad de los argandeños.
Cada año, la representación del motín llena las calles de Arganda del Rey de historia y tradición. Los vecinos se organizan para traer a la vida aquella época del siglo XVII, transformando la ciudad en un escenario vibrante y lleno de energía, donde no faltan pasacalles, mercados y recreaciones teatrales del levantamiento. Los trajes de época, la música y la gastronomía típica completan un paisaje cultural que atrae a visitantes de toda la región, y que, con el reciente reconocimiento, se espera capte aún más atención turística.
La declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional no solo es un motivo de orgullo para los argandeños, sino que también representa una oportunidad para potenciar el turismo en la zona, contribuyendo al crecimiento económico y la promoción del patrimonio cultural de la región. Una puesta en valor que se traduce en la posibilidad de recibir más apoyo institucional para la celebración y mejora de sus infraestructuras y servicios asociados.
Con este reconocimiento, la Comunidad de Madrid resalta no solo la importancia de preservar y promocionar las tradiciones locales, sino también el valor de acercar la historia a las nuevas generaciones. El Motín de Arganda se convierte así en un punto de encuentro entre el pasado y el presente, entre la historia local y la proyección regional, reafirmando que las fiestas populares son, en esencia, un reflejo de la identidad de los pueblos y un motor para su desarrollo futuro.