El verano, esa estación del año tan esperada por muchos para disfrutar de unas merecidas vacaciones, también se presenta como un periodo crítico para la seguridad de los hogares y pequeños comercios. Este tiempo de relajación puede generar descuidos que los delincuentes no tardan en aprovechar.
José González Osma, director general de ADT, destaca cómo el «modo verano» influye en la seguridad: «La relajación nos lleva a cometer pequeños descuidos, como dejar ventanas abiertas o no activar alarmas». Además, la ausencia prolongada de propietarios y la escasa vigilancia vecinal convierten a las viviendas y comercios en objetivos fáciles.
Durante estos meses, las casas y negocios se enfrentan a varios factores de vulnerabilidad. Las viviendas desocupadas, los indicios visibles de que nadie está en casa y la disminución de la vigilancia comunitaria son situaciones comunes. Adicionalmente, la exposición en redes sociales al compartir planes de viaje en tiempo real puede aumentar el riesgo, ofreciendo información valiosa a los delincuentes.
Para contrarrestar estos riesgos, los expertos en seguridad de ADT recomiendan discreción y tomar medidas específicas. Evitar compartir planes de viaje en redes, simular presencia en casa, y asegurar que todas las entradas estén debidamente cerradas, son algunas de las precauciones más eficaces. Además, es crucial reforzar la seguridad de los comercios, activando sistemas de seguridad adecuados para disuadir a los intrusos.
La tecnología también juega un papel vital. Los sistemas de seguridad actuales permiten el armado y desarmado automático, adaptándose a las rutinas del hogar y minimizando errores humanos. Estas innovaciones, junto con la prevención consciente, son claves para garantizar un verano seguro y sin sobresaltos.