En las inmediaciones de la Sierra de Guadarrama, se despliega un paraje natural que combina la majestuosidad del bosque con la serenidad del agua. La ruta del Sestil de Maillo y la Chorrera de Mojonavalle invita a los visitantes a perderse entre árboles singulares que narran historias centenarias. Este recorrido, ideal para los amantes de la naturaleza, ofrece una experiencia sensorial en la que el susurro del viento y el murmullo del agua se mezclan en un concierto natural. Destacan en el paisaje ejemplares como el pino albar y el acebo, especies singulares que han sabido resistir el paso del tiempo y se alzan como guardianes de este entorno protegido.
La senda, cuidadosamente señalizada y accesible, permite disfrutar de la biodiversidad de la región en todo su esplendor. Durante el trayecto, los visitantes pueden apreciar la Chorrera de Mojonavalle, una cascada que brota con fuerza en épocas de lluvias, proporcionando un espectáculo visual y sonoro que complementa la tranquilidad del bosque. Este enclave no solo ofrece una oportunidad para el esparcimiento, sino que también promueve la importancia de la conservación del medio ambiente y la flora local, convirtiéndose en una parada obligatoria para quienes buscan conectar con la naturaleza en su estado más puro.
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