Mientras el mundo avanza hacia una conciencia ambiental más robusta, los consumidores de dispositivos móviles muestran un claro compromiso con la sostenibilidad, según un reciente informe de la GSMA, la organización global que representa a los operadores móviles. Este informe, titulado «Rethinking Mobile Phones: the Business Case for Circularity», destaca un mercado en auge que podría superar los 150.000 millones de dólares para el 2027, impulsado por la demanda de dispositivos más sostenibles y reacondicionados.
La encuesta, realizada a más de 10.000 usuarios en 26 países, revela que más del 70% de los consumidores están dispuestos a pagar un precio superior por teléfonos con menor impacto ambiental. Este cambio de paradigma está transformando el modelo de negocio de la industria, tradicionalmente lineal, hacia una economía circular donde el reacondicionamiento y la gestión de residuos electrónicos juegan papeles cruciales. Actualmente, el 90% de los operadores ya han implementado algún tipo de modelo circular, aunque muchos reconocen que existe potencial para ampliar estas iniciativas, explorando opciones como el leasing y programas de actualización.
Steven Moore, al frente de la Acción Climática en GSMA, resalta que la creciente demanda de dispositivos sostenibles ofrece una oportunidad única para la industria. Sin embargo, para capitalizar este potencial, es necesaria una colaboración estrecha entre fabricantes, operadores móviles y entidades de reciclaje, respaldada por políticas gubernamentales favorables.
La preferencia del consumidor por dispositivos duraderos está marcando una tendencia en la industria. En un contexto donde el mercado de teléfonos nuevos muestra signos de desaceleración, el 85% de los encuestados prioriza la sostenibilidad al adquirir un nuevo dispositivo, por encima de factores como la estética o las capacidades tecnológicas avanzadas. Países como Francia e India ya reflejan este cambio, con un significativo aumento en la compra de teléfonos reacondicionados.
Además de los beneficios ambientales, la circularidad ofrece claras ventajas económicas. El progreso en este ámbito no solo abre nuevas fuentes de ingresos para los fabricantes y operadores, sino que también mejora la lealtad del cliente y la imagen de marca. Simultáneamente, fortalece economías locales, reduce la dependencia de la minería y promueve el acceso digital accesible.
La GSMA destaca la existencia de millones de dispositivos en desuso que contienen valiosos materiales reciclables, convirtiéndolos en una fuente crucial para obtener minerales críticos. Por cada teléfono reacondicionado, se genera una reducción significativa en las emisiones de carbono, con niveles entre un 80% y un 90% menores comparados con la producción de un dispositivo nuevo.
La urgente necesidad de reducir los residuos electrónicos y las emisiones de CO2 es cada vez más evidente. En 2024, se vendieron más de 1.200 millones de teléfonos inteligentes nuevos, generando emisiones de carbono equivalentes a las de países enteros. Organismos como la ONU señalan el costo exorbitante de los residuos electrónicos para la sociedad y sugieren que repararlos y reacondicionarlos podrían ser soluciones efectivas.
Empresas y gobiernos están tomando medidas concretas. Compañías como Telefónica y Apple ya están incorporando principios de circularidad en sus operaciones, mientras que la Unión Europea está implementando regulaciones sobre ecodiseño y reparabilidad. En otras regiones, incluidas Norteamérica y Asia, se promueven políticas similares, consolidando un enfoque global hacia un futuro más sostenible. La transición hacia un modelo económico circular no solo parece inevitable, sino también lucrativa y necesaria para enfrentar los desafíos ambientales del siglo XXI.