El encuentro entre el Manchester City y el Tottenham ofreció una reveladora radiografía del estado actual del equipo de Pep Guardiola. A lo largo de los 90 minutos en el Etihad Stadium, el Tottenham no solo venció por 0-2, sino que también expuso las vulnerabilidades de los locales. Guardiola apostó por una alineación inusual, prescindiendo de Gündogan y colocando a Nico González en el mediocampo, acompañado por Reijnders y Cherki. Sin embargo, esta disposición no logró contrarrestar la presión adelantada del Tottenham, supervisada hábilmente por su entrenador Thomas Frank, quien enfatizó su estrategia ofensiva como un medio defensivo eficaz.
El City, incapaz de superar la organización y agresividad del Tottenham, apenas generó peligro durante el partido. A pesar de los esfuerzos de jugadores como Doku, las oportunidades fueron escasas y el equipo mostró signos de desorientación. El gol inicial de Brennan Johnson y el oportunismo de João Palhinha aumentaron la frustración del City. Guardiola, en sus comentarios post-partido, reconoció la falta de simplicidad en la salida del balón y las dificultades para afrontar la presión del equipo rival. Este partido deja al City con la necesidad de profundas reflexiones para ajustar su estrategia y cumplir con sus aspiraciones en la Premier League.
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