La juez ha ordenado la ejecución definitiva de la sentencia del Tribunal Supremo que exige al museo catalán devolver los frescos al monasterio. La resolución surge tras años de disputas legales entre Aragón y Cataluña por la propiedad de estas obras de arte, originarias del monasterio de Sijena. Con esta sentencia, se busca poner fin a una larga controversia marcada por reclamos históricos, argumentos legales y tensiones entre ambos gobiernos regionales. La devolución de los frescos se ha convertido en un símbolo de la protección del patrimonio cultural y en un reflejo de las complejidades administrativas entre las comunidades autónomas.
Este fallo llega tras un proceso judicial en el que se argumentó sobre la legalidad de la salida de las obras del monasterio. Durante el juicio, las instituciones aragonesas defendieron que los frescos eran parte integral de su patrimonio histórico, mientras que la parte catalana insistió en su legítima adquisición y conservación. Con la orden judicial actual, se abren nuevos capítulos en el debate sobre la restitución del arte religioso y patrimonial en España, con implicaciones potenciales para otros casos similares en el futuro.
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