Ismail Haniyeh, líder político de Hamás, fue asesinado con una bomba en la casa de huéspedes del Cuerpo de Guardianes Revolucionarios iraní. La bomba, introducida meses antes y detonada remotamente, también mató a uno de sus escoltas. Este ataque, que no ha sido reivindicado por Israel, ha desatado críticas sobre la seguridad iraní. El asesinato ocurrió tras la toma de posesión del nuevo presidente iraní y fue seguido de un multitudinario funeral en Teherán. Irán y Hizbulá han prometido venganza, mientras que el incidente ha dejado en evidencia fallos de seguridad en el complejo.
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