En un reciente giro en su política comercial, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió posponer por un mes la implementación de nuevos aranceles a México y Canadá. Esta medida se produce después de que el anuncio inicial generara una ola de incertidumbre en los mercados financieros a nivel mundial y provocara un impacto negativo en importantes compañías estadounidenses. Los analistas han señalado que la aplicación de estos aranceles podría haber intensificado las tensiones comerciales ya existentes, afectando no solo las relaciones con sus vecinos del norte y sur, sino también repercutiendo de manera adversa en sectores clave de la economía estadounidense.
La decisión de Trump parece ser una respuesta a las crecientes presiones de diversos grupos empresariales y legisladores preocupados por el efecto perjudicial que esta política podría tener en el comercio internacional y la economía interna. Durante el periodo de suspensión, se anticipa que los gobiernos involucrados podrían iniciar nuevas rondas de negociaciones en busca de acuerdos que eviten la imposición de tarifas perjudiciales. Esta pausa es vista por algunos expertos como una oportunidad para evitar una escalada en las disputas comerciales y para restablecer la confianza en las relaciones económicas en el continente.
Leer noticia completa en El Mundo.