El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha lanzado el nuevo Índice de Referencia de Arrendamientos de Vivienda, que introduce una variación interanual del 2,20% en noviembre de 2024. Este innovador indicador surge como una herramienta crucial para regular el mercado de alquiler en España, específicamente en la actualización anual de contratos firmados desde el 25 de mayo de 2023, coincidiendo con la entrada en vigor de la nueva ley de vivienda. La intención de esta medida es frenar aumentos desproporcionados en la renta de los contratos, y funcionará a través de una metodología que combina el Índice de Precios al Consumidor (IPC), la inflación subyacente y un coeficiente moderador, que es ajustado por los ministerios de Vivienda y Economía. Con esta implementación, se aspira a establecer un sistema permanente de regulación en un mercado que había estado sujeto a topes temporales en respuesta a crisis recientes.
El nuevo índice tiene como propósito ofrecer estabilidad a los inquilinos en un contexto de volatilidad en los precios de alquiler, especialmente en grandes ciudades y áreas metropolitanas, donde han crecido de manera exponencial. Sin embargo, expertos advierten sobre limitaciones en su efectividad. José García Montalvo, catedrático de Economía Aplicada, sugiere que este indicador podría incentivar a los propietarios a establecer precios de alquiler iniciales más altos, para sortear las restricciones en futuras actualizaciones. Esta estrategia, junto con el bajo poder de negociación de los inquilinos, podría atenuar el impacto del índice. Según la normativa, los inquilinos tienen derecho a permanecer en sus viviendas durante cinco años, o siete si el propietario es una empresa, pero el temor persiste de que, al finalizar este periodo, se produzcan aumentos significativos o no se renueven contratos, generando un efecto disuasorio en el mercado de alquiler.
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