A partir del 1 de enero de 2025, en España se implementará un nuevo aumento en las pensiones, afectando tanto a las pensiones contributivas como las no contributivas. Esta revalorización se basará en la variación del Índice de Precios al Consumo (IPC) con el objetivo de preservar el poder adquisitivo de los pensionistas frente a la inflación. La cifra final del IPC, que determina el ajuste, se revelará el 13 de diciembre por el Instituto Nacional de Estadística. Para el año 2024, las pensiones contributivas se incrementaron en un 3,8%, tras un aumento del 8,5% el año anterior, mientras que las pensiones no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital elevan sus cifras en un 6,9%. Además, las pensiones mínimas de viudedad con cargas familiares experimentaron un significativo aumento del 14,1%.
El panorama para 2025 presenta un optimismo moderado, con expectativas de que el IPC se sitúe en torno al 3,06%, lo que implicaría una revalorización similar para las pensiones contributivas. El Gobierno ha prometido que tanto las pensiones mínimas como el Ingreso Mínimo Vital y las pensiones no contributivas superen la inflación, con vistas a que en 2027 estas prestaciones alcancen el 75% del umbral de pobreza para un hogar unipersonal. También se eliminará el límite de pensión máxima, incrementando progresivamente hasta 2050. Entre otras reformas, destacará el incremento del 10% en el complemento de la brecha de género y un considerable aumento del 18,24% para las pensiones no contributivas, elevando sus ingresos anuales a 7.600 euros. Estas medidas subrayan la importancia del año 2025 en el fortalecimiento y sostenibilidad del sistema de pensiones en España.
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