YouTube se ha consolidado como una plataforma prominente para la difusión de contenido, abarcando una amplia variedad de intereses. Sin embargo, un fenómeno notable es la preeminencia del contenido infantil entre los más vistos. De los cinco vídeos más populares en la historia de YouTube, cuatro están dirigidos a los niños. Encabezando la lista se encuentra «Baby Shark Dance» de Pinkfong Kids’ Songs & Stories, con 14 mil millones de visualizaciones. Otros vídeos como «Johny Johny Yes Papa» por LooLoo Kids y «Bath Song» y «Wheels on the Bus» de Cocomelon, acumulan miles de millones de vistas, reflejando una tendencia hacia el consumo masivo de contenido infantil. Este fenómeno se debe, en parte, a que el 81% de los padres permite que sus hijos menores de 11 años accedan a YouTube, fomentando así que los infantes recreen estos contenidos de forma repetitiva debido a su naturaleza atractiva y pegadiza.
Diversos factores explican esta tendencia. Uno de los más prominentes es que los padres frecuentemente utilizan YouTube como herramienta de entretenimiento para sus hijos, muchas veces sin imponer restricciones de tiempo. Esto permite que los niños pasen horas frente a la pantalla, eligiendo sus vídeos favoritos en un entorno digital que está continuamente disponible y accesible. Las empresas productoras de contenido infantil también han incrementado sus inversiones en la creación de vídeos cada vez más atractivos y de alta calidad, fidelizando a un público joven y constante. No obstante, surge la preocupación sobre la necesidad de supervisión y delimitación de los tiempos de exposición de los niños a estos contenidos, para evitar que YouTube se convierta en su único recurso de entretenimiento.
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