En un mundo cada vez más digitalizado, ERNI España advierte sobre los riesgos que acompañan a los avances tecnológicos si no están respaldados por una estrategia sólida de ciberseguridad. La empresa destaca que cada innovación tecnológica abre nuevas puertas para posibles atacantes, una realidad que repercute en nuestro día a día.
La automatización de procesos, la inteligencia artificial y el despliegue masivo de dispositivos IoT han incrementado los puntos vulnerables de los sistemas. «Cada línea de código, cada API pública o dispositivo es una superficie de ataque», comenta Soto, alertando que más digitalización implica inevitablemente más riesgo sin medidas de protección adecuadas. Muchas organizaciones aún actúan solo después de sufrir daños.
ERNI España resalta que el impacto económico de los ciberataques es devastador, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas que carecen de equipos de ciberseguridad propios. En Europa, el coste medio de un ataque supera los 200.000 euros para una pyme. Sin embargo, las repercusiones van más allá del impacto financiero directo: pérdida de confianza, daño reputacional, fuga de talento y sanciones legales, son consecuencias que advierte Soto, difíciles de revertir a largo plazo.
La ciberseguridad, insisten desde ERNI, debe dejar de verse como un obstáculo o un gasto prescindible. «Invertir en seguridad no solo evita pérdidas: permite avanzar con garantías, genera ventaja competitiva y construye relaciones de confianza con clientes y socios», explica el experto. En sectores como la salud y la educación, protegerse no es solo una obligación legal y económica, sino una responsabilidad social que puede salvar vidas.
La presión regulatoria también crece, con normativas como el RGPD, NIS2 y el Cyber Resilience Act, que obligan a ir más allá de los sistemas propios para garantizar la seguridad en toda la cadena de suministro. “La ciberseguridad se ha convertido en un ecosistema”, advierte Soto. «Si un proveedor cae, toda la estructura puede verse comprometida».
Finalmente, ERNI España aboga por un enfoque proactivo y realista. «Los atacantes ya utilizan IA y técnicas avanzadas. La única forma de adelantarse es simular ataques reales, realizar auditorías ofensivas y aprender de los propios errores antes de que lo hagan otros”, concluye Soto. «La transformación digital es imparable, pero solo será sostenible si se construye sobre cimientos seguros».
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