En un caso que ha generado controversia en la capital, un propietario de vivienda en Madrid solicitaba como único requisito que sus inquilinos no tuvieran hijos. Sin embargo, una pareja aparentemente cumplió con esta condición al firmar el contrato, solo para que el arrendador descubriera más tarde que habían ocultado la presencia de un menor. La situación ha desatado un debate sobre la discriminación y los derechos de los arrendadores e inquilinos, ya que el propietario defiende su postura alegando que su propiedad no está equipada para acomodar familias con niños.
A pesar de que los Servicios Sociales le ofrecieron un alojamiento municipal como solución temporal, el propietario rechazó la propuesta, insistiendo en la recuperación de su vivienda bajo los términos originalmente acordados. Esta decisión ha provocado críticas de diversas organizaciones que abogan por el derecho a la vivienda, argumentando que las restricciones basadas en la composición familiar son contrarias a los principios de igualdad. El caso sigue sin resolverse, evidenciando las tensiones y desafíos persistentes en el acceso a la vivienda en la región.
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