Una reciente investigación ha revelado que el impacto económico de ciertas especies invasoras podría ser hasta un 1.600% mayor de lo que se había estimado previamente. Este incremento significativo en las cifras pone de manifiesto el desafío económico que representan estos organismos, que afectan sectores como la agricultura, la pesca y la salud pública. A medida que estas especies se multiplican fuera de sus hábitats naturales, los costos asociados a su control y mitigación aumentan, lo que exige una reevaluación de los recursos destinados a combatirlas y una colaboración más estrecha entre países afectados.
Europa emerge como el continente más perjudicado por esta situación, enfrentando graves daños en su biodiversidad y economías locales. Las especies invasoras, como ciertos tipos de plantas, insectos y animales, han alterado ecosistemas autóctonos, generando efectos dominó que perjudican la producción agrícola y la estructura ecológica de la región. Los investigadores llaman a una acción urgente y coordinada, destacando la importancia de medidas preventivas y políticas más estrictas para frenar la amenaza creciente de estas especies, que ponen en riesgo no solo el equilibrio ambiental sino también la prosperidad económica del continente.
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