La importancia del mobiliario en la hostelería es un factor crucial que a menudo se pasa por alto, pero que puede determinar el éxito o fracaso de un negocio en este sector. No se puede negar el poder que recae en los muebles que decoran un local para hacerlo más atractivo visualmente y atraer a los clientes. Mientras que algunos podrán argumentar que no es un factor determinante, la realidad es que la imagen y la estética del local actúan como su mejor carta de presentación, invitando o repeliendo al transeúnte que aún no tiene referencias ni conoce la carta o la calidad del servicio.
Una vez dentro, el mobiliario y la decoración desempeñan un papel crucial en cómo se siente el cliente. La comodidad o incomodidad que experimenta puede influir en cuánto dinero está dispuesto a gastar y si decide o no regresar. En este sentido, el mobiliario importa y mucho. Fabricantes reconocidos como FCM se especializan en crear piezas atractivas que otorgan personalidad y exclusividad a los locales de hostelería, haciendo que cada establecimiento se destaque de los demás.
Si bien la calidad de la comida y el buen servicio son factores esenciales para que los comensales repitan, nunca debe subestimarse el poder de una buena decoración y un mobiliario adecuado. Estos elementos contribuyen a crear un ambiente acogedor y con estilo propio, donde el comensal se siente relajado y disfruta no solo de la comida, sino también del entorno que le rodea.
Además del mobiliario, las tendencias actuales en hostelería apuntan a la digitalización del servicio, la mejora de la experiencia del cliente y una mayor visibilidad. Esto según artículos especializados como uno publicado por Hostelería Digital, que resultará de interés para quienes desean estar actualizados en este sector.
Al elegir el mobiliario, es fundamental tener claro qué estilo de restaurante se quiere. Entre los estilos más característicos en la actualidad se encuentran el moderno, provenzal, andaluz, rústico y mediterráneo.
Un restaurante moderno se caracteriza por el uso de muebles en colores blanco y negro, combinados con tonos plateados o dorados, creando un ambiente sofisticado y actual. El estilo provenzal, por otro lado, se destaca por tonos cálidos y acogedores, con una combinación de madera y hierro en los muebles.
El estilo andaluz requiere colores predominantes como el rojo, verde y blanco, con muebles de madera que toman el máximo protagonismo. En los restaurantes rústicos, suelen predominar muebles de segunda mano restaurados, con una fuerte presencia de materiales como piedra, barro y madera, que evocan un ambiente de labriegos y aparejos del campo.
Por último, el estilo mediterráneo se caracteriza por una iluminación natural que recrea un ambiente alegre y relajado. Los colores predominantes en estos locales son los blancos, azules, verdes y ocres, transmitiendo sensaciones de vacaciones, mar y tiempo libre.
En definitiva, sea cual sea el estilo elegido, es fundamental que el mobiliario de hostelería siga una coherencia con la oferta gastronómica del local. Ambos conceptos deben convivir en perfecta armonía, creando un local único y singular. Los restaurantes que triunfan son aquellos que se quedan en la memoria del cliente, y eso solo se consigue con una atmósfera única que transmita sensaciones inconfundibles asociadas a ese establecimiento en particular.
