Daniel Sancho se encuentra en una situación adversa tras ser condenado a cadena perpetua por el asesinato de Edwin Arrieta y ser trasladado a la prisión de Surat Thani en Tailandia. Este establecimiento penitenciario, conocido por sus duras condiciones, alberga a más de 5,200 reclusos en un espacio destinado a menos personas, lo que resulta en una severa sobrepoblación y condiciones generalmente insalubres. La entrada inicial de Sancho en la prisión fue en aislamiento, donde, según su abogada, Carmen Balfagón, enfrentó severas restricciones, incluida la falta de ejercicio, un aspecto fundamental en su vida anterior. Durante su primer mes, Sancho estuvo bajo condiciones de seguridad que limitaban su interacción con otros presos, situación que afectó su estado psicológico.
Ahora, con el fin del período de aislamiento, Daniel Sancho enfrenta un nuevo desafío al integrarse con el resto de los reclusos, muchos de los cuales son considerados altamente peligrosos. La falta del «preso de confianza» que tenía en la prisión de Koh Samui, según su abogado Marcos García Montes, incrementa su vulnerabilidad en un entorno donde la violencia y las tensiones son frecuentes. La prisión de Surat Thani es conocida por imponer condiciones extremas, como el uso de grilletes pesados y una alimentación insuficiente, obligando a los internos a enfrentarse a plagas y enfermedades. Esta combinación de factores hace que su estancia en la cárcel tailandesa sea descrita por algunos como «un verdadero infierno en la Tierra», convirtiendo el día a día en una lucha constante por la supervivencia.
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