La tormenta, actualmente con vientos máximos sostenidos de 240 kilómetros por hora, se está acercando peligrosamente a convertirse en un huracán de categoría 5. Según los meteorólogos, se espera que hoy mismo sus vientos alcancen velocidades superiores a los 250 km/h, lo que la convertiría en una de las tormentas más intensas de la temporada. Las autoridades locales han emitido advertencias y están instando a las comunidades en el camino proyectado de la tormenta a prepararse para posibles evacuaciones y asegurar sus propiedades.
En tanto, equipos de emergencia se están organizando para responder rápidamente en caso de que la tormenta toque tierra con su máxima intensidad. La posibilidad de inundaciones y destrucción masiva preocupa a los habitantes de las zonas rurales y costeras, que enfrentan el desafío adicional de asegurarse de tener los suministros necesarios para soportar el impacto. Se espera que los aeropuertos y puertos implementen medidas de precaución adicionales mientras se actualizan los pronósticos y advertencias a lo largo del día.
Leer noticia completa en El Mundo.


