La directora médica del Hospital Severo Ochoa, María Teresa Requena, dirigió un emotivo acto de despedida a los residentes que culminaron su formación especializada en este centro sanitario. La ceremonia contó con la presencia de destacadas figuras del ámbito académico y profesional como Amparo González Vergaz, vicepresidenta de la comisión de docencia, María Teresa García de la Torre, secretaria de la comisión, y Carmen Navarro Ceballos, tutora de residentes en la especialidad de Geriatría. Dos de los propios residentes, Antonio García Domínguez de Cirugía General y del Aparato Digestivo, y Paloma Turiel Hernández de Reumatología, compartieron sus vivencias y expresaron su agradecimiento al hospital, valorando su experiencia formativa en la institución.
El Hospital Severo Ochoa inició su programa de formación especializada en 1990, poco después de su inauguración oficial por el premio Nobel de Fisiología y Medicina, Severo Ochoa, en 1988. Desde entonces, la institución ha sido un faro de excelencia y ha formado a decenas de residentes, incluyendo los 40 más recientes que participaron en una sentida despedida. Estos profesionales son parte de las promociones de los años 2018 a 2024, y su contribución durante la pandemia del COVID-19 fue especialmente destacada, demostrando un compromiso notable con la sanidad pública.
El acto de despedida no solo reconoció a los residentes, sino que también rindió un homenaje significativo a José María Romeo, el cirujano que ha ejercido como jefe de estudios desde 2010 hasta 2024. Romeo, cuya carrera docente comenzó con quince especialidades y noventa residentes, deja un legado de crecimiento y excelencia, con 185 residentes y 33 especialidades actualmente certificadas por la Organización Internacional de Estandarización (ISO). Su dedicación y vocación en la docencia fueron ampliamente reconocidas por residentes y profesionales del hospital.
A punto de jubilarse, José María Romeo pronunció un discurso conmovedor en el que agradeció el trabajo conjunto de residentes, tutores, jefes de servicio y la dirección del hospital. Destacó la naturaleza transversal de la coordinación docente, que abarca servicios médicos, quirúrgicos y centrales, así como las divisiones médica y de enfermería. «Ha sido un privilegio y honor haber trabajado con vosotros. Y para todos los residentes, mi reconocimiento de que estáis preparados para ejercer vuestras especialidades. Volad muy alto a partir de ahora», concluyó Romeo, marcando el fin de una era y el comienzo de nuevas oportunidades para los jóvenes médicos formados bajo su tutela.
El evento subrayó la importancia de la formación continua y la dedicación hacia una sanidad pública de calidad y humana, marcando un hito en la historia del Hospital Severo Ochoa y en la carrera de numerosos profesionales de la medicina que ahora están listos para volar alto en sus respectivas especialidades.