El reciente estudio “De la simulación a la realidad: entrenando habilidades comunicativas en enfermeras de Salud Mental”, coordinado por Julio González Luis, ha revolucionado la formación en enfermería especializada en salud mental. La investigación llevada a cabo en el Hospital Gregorio Marañón ha destacado la eficacia de la simulación clínica para mejorar las capacidades comunicativas, la empatía y el manejo emocional de las enfermeras en formación.
Esta innovadora iniciativa ha involucrado a 69 enfermeras internas residentes de toda la Comunidad de Madrid, convirtiéndose en una experiencia pionera al integrar por primera vez la simulación de alta fidelidad en la formación especializada. Utilizando la metodología MAES©, las sesiones recrearon situaciones vitales y emocionalmente intensas con actores representando pacientes en crisis, tales como intentos suicidas o episodios psicóticos agudos. El objetivo fue entrenar a las enfermeras para escuchar activamente, calmar situaciones tensas, evaluar riesgos y tomar decisiones bajo presión, apoyadas por expertos en simulación y salud mental.
El impacto de este programa no solo refuerza la importancia de la simulación clínica como herramienta educativa prioritaria, sino que también destaca su potencial para transformar la atención sanitaria en una experiencia más humana, segura y eficaz. “En salud mental, cada segundo cuenta», afirma Julio González, subrayando que este tipo de entrenamiento puede salvar vidas al preparar a las enfermeras para actuar rápidamente en situaciones críticas.
El proyecto ha sido reconocido por su innovación y contribución al sistema de salud durante la IX Gala de la Investigación del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid. Este evento, que celebra el aporte de la enfermería al conocimiento científico y a la mejora de los servicios sanitarios, premió siete proyectos destacados en diversas categorías. El trabajo de González no solo establece un precedente en la formación especializada en salud mental, sino que ofrece un modelo replicable para otros ámbitos de la asistencia sanitaria, mostrando cómo la simulación clínica puede servir como un motor esencial para el progreso clínico y social.