En el verano de 1787, durante la Convención Constitucional de Filadelfia, un grupo clave conocido como el Gran Comité de Preguntas Pospuestas desempeñó un papel fundamental en la elaboración de la nueva Constitución de los Estados Unidos. Este comité fue creado para abordar temas inconclusos, con particular énfasis en cómo elegir a un presidente para evitar replicar el modelo monárquico británico. Liderado por David Brearley de Nueva Jersey, el comité propuso el sistema del Colegio Electoral, una solución de compromiso que buscaba equilibrar el poder entre los estados grandes y pequeños, así como entre el norte y el sur. Aunque el sistema no era considerado perfecto por todos, fue defendido por personalidades como Alexander Hamilton, quien lo describió como una opción «al menos excelente» frente a la democracia directa.
El comité estaba compuesto por un delegado de cada uno de los 11 estados presentes, incluyendo figuras destacadas como James Madison de Virginia y Gouverneur Morris de Pensilvania. Al principio, hubo una inclinación por las elecciones populares nacionales, pero la resistencia de los estados del sur a esta idea llevó a la adopción del sistema de electores. Según la Constitución, los estados elegirían electores en un número igual a su representación congresional. Estos electores votarían por dos candidatos, designando presidente a quien obtuviera más votos, y vicepresidente al segundo. Con el tiempo, el desarrollo de los partidos políticos y la expansión de la elección popular moldearon el sistema, introduciendo el mecanismo de “todo para el ganador”, que hoy favorece a los partidos mayoritarios y a los estados más grandes.
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