El Gobierno ha enfrentado una serie de derrotas en el Congreso de los Diputados, sumando un total de 50 en poco más de un año. La reciente sesión parlamentaria presenció el rechazo de una propuesta de ley impulsada por el Grupo Socialista, que buscaba regular las directrices anticipadas en cuidados de salud, incluyendo la eutanasia. Con 180 votos en contra de partidos como PP, Vox y PNV, frente a 162 a favor y una abstención de la Coalición Canaria, el Ejecutivo no logró reunir el apoyo necesario, reflejando la creciente fragilidad del gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez. Esta última derrota se añade a una serie de fracasos recientes, incluyendo la desaprobación de propuestas como el impuesto a la producción eléctrica, cuyo rechazo impulsó al Gobierno a congelar la ley para prevenir pérdidas fiscales significativas.
El escenario parlamentario de este año ha sido particularmente desafiante para el PSOE, que ha visto caer decretos y proposiciones clave, y ha sido testigo de numerosas reprobaciones de ministros. En un contexto de alianzas cambiantes y un creciente aislamiento, incluso entre sus propios socios de gobierno, el Ejecutivo ha enfrentado obstáculos tanto en la legislación de políticas internas como en asuntos internacionales, como la proposición no de ley sobre el Sáhara Occidental. La estrategia del PP, que ha promovido votaciones detalladas para maximizar la exposición de las debilidades del PSOE, ha dado lugar a varios días de múltiples derrotas para el Gobierno. El ambiente parlamentario sugiere una cada vez mayor dificultad para el Ejecutivo en navegar su agenda legislativa, en medio de un equilibrio delicado de poder y alianzas en el Congreso.
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