En un contexto de creciente expectación política, el Ejecutivo ha decidido mantener su actual curso de acción, sin prever, al menos por ahora, ninguna salida prematura del proceso en cuestión. Este enfoque subraya su determinación de permitir que los procedimientos sigan su curso natural, insistiendo en la importancia de no anticipar conclusiones antes de que el proceso haya finalizado por completo. La postura gubernamental se enmarca en un clima de incertidumbre y especulaciones, pero se mantiene firme en su decisión de esperar pacientemente los resultados finales.
El gobierno ha comunicado que cualquier cambio en su plan dependerá del desenlace total del proceso, el cual observan cuidadosamente. Esta decisión es un esfuerzo deliberado para garantizar que todas las etapas se desarrollen con el debido respeto a las normas establecidas y, según fuentes oficiales, se evitará cualquier intervención antes de tiempo que pueda alterar el curso previsto. Así, el Ejecutivo ha reafirmado su compromiso con un desarrollo ordenado y transparente, apelando a la paciencia tanto de los involucrados como de la opinión pública, en un intento por asegurar confianza en el manejo de la situación.
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