El Gobierno en Moncloa ha expresado su satisfacción al ver que los recientes titulares sobre corrupción apuntan hacia el Partido Popular debido al denominado «caso Montoro». Según fuentes cercanas al Ejecutivo, este desarrollo permite al gobierno actual desviar el foco de atención de sus propios desafíos internos y reforzar su posición al frente del país. La implicación del PP en este escándalo podría tener repercusiones significativas en la imagen del partido, especialmente con la cercanía de futuras elecciones, generando un respiro momentáneo para el oficialismo.
No obstante, en el entorno del gobierno se muestra un reconocimiento claro de que no todo es favorable. El denominado «fantasma de Cerdán» sigue siendo una preocupación latente, sugiriendo que los escándalos que afecten directamente al partido en el poder o a sus aliados no desaparecerán fácilmente del ojo público. Esta persistente sombra subraya la complejidad de distanciarse completamente de las cuestiones de corrupción, generando la necesidad de mantener una estrategia comunicativa efectiva para abordar las críticas entrantes y salvaguardar la confianza pública.
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