Iberdrola, Endesa y Naturgy han unido fuerzas para solicitar de manera conjunta una prórroga en el funcionamiento de la central eléctrica de Extremadura, que se ha convertido en un elemento crucial para mantener la estabilidad de la red eléctrica en la región. La propuesta busca retrasar el cierre de esta instalación, argumentando su importancia para el sistema energético nacional. Las tres empresas, líderes en el sector energético, advierten sobre los riesgos de avanzar con el plan de cierre sin una alternativa completamente probada que garantice la misma estabilidad.
Mientras tanto, el gobierno de Moncloa se mantiene firme en su decisión de cerrar la central según el calendario previsto, confiando en un nuevo modelo de control de tensión que todavía se encuentra en fase de pruebas y no cuenta con precedentes a nivel mundial. Este enfoque ha generado preocupación entre los expertos del sector que dudan de la viabilidad de implementar un sistema no probado para suplir una pieza fundamental del sistema energético. El debate continúa en un contexto donde asegurar el suministro y la estabilidad de la red es más crucial que nunca.
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