El proceso de valoración de propuestas ha convocado un jurado diverso, integrado por profesionales de reconocido prestigio en sus respectivas áreas, así como un miembro de la Iglesia. Esta composición busca garantizar una evaluación equilibrada y objetiva de los proyectos presentados. La presencia de figuras de renombre proporciona a los participantes la seguridad de que sus propuestas serán examinadas con rigor y perspectiva amplia, mientras que la incorporación de un representante eclesiástico añade una dimensión ética y moral al proceso de selección.
Durante la evaluación, se tomarán en cuenta criterios específicos que aseguran la calidad e innovación de cada propuesta. Los miembros del jurado, con su vasta experiencia y conocimiento, desempeñarán un papel crucial en la identificación de proyectos que no solo cumplen con los estándares establecidos, sino que también tienen el potencial de generar un impacto significativo en la sociedad. Este enfoque multidisciplinario refleja un compromiso con la excelencia y la responsabilidad social, garantizando que las propuestas elegidas sean de beneficio colectivo y reflejen un equilibrio de valores.
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