Entre 2017 y 2023, el número de beneficiarios de la mutualidad ha experimentado un aumento del 5%. Este crecimiento sostenido indica una tendencia al alza en la afiliación a estos servicios, reflejando quizás un mayor interés o necesidad de cobertura por parte de la población. Sin embargo, este incremento de beneficiarios también ha traído consigo un aumento en el número de reclamaciones registradas. Solo en el último año, se presentaron 2.250 reclamaciones, lo que equivale a más de seis al día. Este dato pone de manifiesto ciertas preocupaciones sobre la eficacia y calidad del servicio ofrecido, desatando potencialmente una alarma sobre la gestión de dichas reclamaciones por parte del sistema.
La cantidad de reclamaciones podría estar vinculada a problemas diversos dentro de la mutualidad, desde desajustes administrativos hasta insatisfacción con la atención o cobertura recibida. Este escenario plantea desafíos significativos para las entidades encargadas de la gestión, que deben responder no solo a una mayor demanda, sino también a una creciente necesidad de eficiencia y satisfacción del cliente. El nuevo contexto obliga a replantear las estrategias de atención y manejo de incidencias, al tiempo que se busca evitar que el crecimiento en el número de afiliados comprometa la calidad del servicio que caracteriza a la mutualidad.
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