En un nuevo capítulo de la tensa situación política en Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro ha intensificado su campaña contra Edmundo González, líder opositor reconocido como ganador de las elecciones del pasado verano por Estados Unidos y la Unión Europea. Las calles de Caracas están ahora empapeladas con carteles de «Se busca», en un intento de amedrentar a González, quien actualmente se encuentra exiliado en España y ha anunciado su intención de regresar a Venezuela para asumir la presidencia el 10 de enero. La Policía Nacional Bolivariana ha emitido una orden de arresto contra González y ofrece una recompensa de 100.000 dólares por cualquier información que conduzca a su detención, acusándolo de una serie de delitos que incluyen conspiración y usurpación de funciones. Esta ofensiva se enmarca en los esfuerzos de Maduro para consolidar su poder, tras unas elecciones cuyos resultados han sido cuestionados internacionalmente.
La decisión de Maduro de intensificar su persecución política ha sido criticada por diversos actores internacionales, resaltando un creciente aislamiento del régimen chavista. La polémica orden de arresto a González, quien se autoproclama presidente legítimo, ha sido catalogada por su entorno como un intento de silenciar la oposición en Venezuela. Maduro, sin embargo, defiende las acciones de su Gobierno alegando que González no respeta las leyes ni las instituciones oficiales que validaron las elecciones en las que fue declarado vencedor. La situación ha generado un enérgico rechazo de gran parte de la comunidad internacional, que ve en estos actos del régimen un atentado más contra la democracia y los derechos humanos en el país sudamericano.
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