Francisco Martín ha expresado su tranquilidad y confianza ante la situación actual, reiterando que «no hay absolutamente nada» preocupante en curso. Estas declaraciones se alinean con lo que ya había manifestado en mayo pasado, cuando aseguró que la situación no presentaba riesgos ni irregularidades. Martín ha sostenido que su integridad está intacta y que no existen motivos para alarmarse respecto a su actuación en los asuntos que competen a su gestión.
Este posicionamiento llega en un momento de creciente escrutinio público y mediático, donde las figuras influyentes enfrentan constantes interrogantes sobre su transparencia y conducta. Sin embargo, Martín se mantiene firme en su postura, alegando que sus acciones han sido correctamente llevadas a cabo y que cualquier especulación en contrario carece de fundamentos sólidos. La insistencia en su tranquilidad sugiere un intento por disipar rumores y mantener la confianza de sus colaboradores y la opinión pública.
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