La economía española parece capaz de resistir los efectos adversos de los aranceles establecidos por Estados Unidos, manteniendo una previsión de crecimiento del 2,6% para este año. Pese a las tensiones comerciales, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, mostró un panorama optimista durante el Consejo de Ministros. Según el nuevo cuadro macroeconómico presentado, aunque la guerra comercial podría reducir una décima el avance del sector exterior, esta pérdida sería compensada por el impulso de la demanda interna, especialmente por el aumento del consumo en los hogares. Además, la economía española ha demostrado su fortaleza con un crecimiento del PIB del 0,6% en el primer trimestre, superando el avance del 0,4% de la Eurozona, gracias a la mejora en el empleo y los salarios.
El Fondo Monetario Internacional también mantiene una perspectiva favorable, habiendo ajustado su estimación de crecimiento para España al 2,5%, alineándose con las expectativas del gobierno de Pedro Sánchez. Aunque se espera una ligera desaceleración para el próximo año hasta el 2,2%, la inversión productiva jugará un papel clave en el crecimiento, mientras el consumo público podría disminuir debido a las nuevas reglas fiscales europeas que buscan controlar el gasto y encaminan la deuda hacia niveles más sostenibles. Este contexto económico sugiere que, aunque hay desafíos, España está en una posición relativamente sólida para encararlos.
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