En una tensa sesión de control al Gobierno, marcada por ataques personales y acusaciones controversiales, el Congreso español vivió una acalorada disputa entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Este último centró sus ataques en unos mensajes privados entre Sánchez y el exministro José Luis Ábalos, sugiriendo que el presidente se implicó en el rescate de la aerolínea Air Europa, a raíz de una supuesta intervención de su esposa, hecho que Sánchez negó, acusando a Feijóo de aprovecharse de filtraciones ilegales sin contenido comprometedor. Mientras tanto, Santiago Abascal de Vox desvió la conversación hacia las compras de gas a Rusia, enfrentándose al sarcasmo de Sánchez, quien recordó las vinculaciones de Abascal con el líder húngaro Viktor Orbán, quien se opone a las sanciones contra Moscú.
La sesión continuó con enfrentamientos que involucraron a distintos representantes, como Gabriel Rufián de ERC, quien calificó las acciones contra él de «golpe de Estado blando». Por su parte, la oposición mantuvo su presión sobre la vicepresidenta María Jesús Montero por su liderazgo en el PSOE andaluz, mientras que figuras del PP, como Jaime de los Santos, retomaron viejas acusaciones sobre supuestas fiestas de Ábalos, apuntando a la ministra de Educación, Pilar Alegría. El debate se convirtió en una serie de ataques verbales sin sustancia política, reflejando la polarización persistente en el ambiente político español.
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