El Villarreal y el Girona protagonizaron un vibrante duelo que mantuvo a los espectadores al borde de sus asientos hasta el último suspiro. El encuentro, que finalizó con un empate 2-2 en el marcador, estuvo repleto de emoción y giros inesperados. El Villarreal inició con fuerza, abriendo el marcador a través de Thierno Barry y aumentando su ventaja poco antes del descanso con un gol de Álex Baena. Sin embargo, el Girona no se dejó amedrentar y respondió en la segunda mitad con un tanto de Donny van de Beek tras una jugada que evidenció las debilidades defensivas del «submarino amarillo». Cuando parecía que el Villarreal se llevaría la victoria, una espectacular volea de Ladislav Krejci en el tiempo añadido permitió a los visitantes rescatar un punto, desbaratando así las expectativas del conjunto local.
El ritmo del partido fue frenético desde el inicio, con ambos equipos desplegando un fútbol intenso y lleno de velocidad. El colegiado Miguel Ángel Ortiz Arias, fiel a su estilo, permitió un juego ágil con escasas interrupciones. El Villarreal, bajo la magistral dirección de Álex Baena, demostraba su poderío en cada contraataque, aunque se encontró con un Girona persistente que nunca dejó de luchar. Bryan Gil fue una constante amenaza para la defensa castellonense, generando jugadas de peligro que mantuvieron a Diego Conde, portero del Villarreal, en alerta máxima. La persistencia del Girona finalmente rindió frutos, mostrando su capacidad de recuperación y determinación para obtener un empate vital que resalta su potencial en la actual temporada de La Liga.
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