La raza de gatos alemanes de pelo largo, reconocida internacionalmente en 2008, tiene una historia que se remonta a antes del siglo XIX. Originalmente agrupados bajo el término «angoras», fueron diferenciados de los persas en 1929, pero quedaron sin reconocimiento propio hasta que el zoólogo Friedrich Schwangart estableció un estándar y solicitó su oficialización en 1930. La Segunda Guerra Mundial interrumpió su cría, llevándolos casi a la extinción. No obstante, la dedicación de criadores alemanes ha permitido su reciente resurgimiento. Estos gatos, robustos y de temperamento equilibrado, son ideales para convivir con niños y otros animales, mostrando una excelente salud sin enfermedades asociadas a la raza.
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