La nueva Ordenanza en la capital podría afectar gravemente a los 980 taxis de cero emisiones, que representan el 6,3% del total del parque móvil urbano. Estos vehículos, cruciales en la lucha contra la contaminación y el cambio climático, ven amenazado su futuro debido a cambios normativos que podrían restringir su circulación y operatividad. Las restricciones económicas y operativas impuestas por la normativa generan incertidumbre entre los conductores y las asociaciones del sector, quienes advierten sobre las consecuencias negativas tanto para la sostenibilidad como para el servicio al ciudadano.
El auge de estos taxis ecológicos se ha visto como un paso esencial en la modernización del sistema de transporte público madrileño, alineándose con los estándares internacionales de movilidad sostenible. La posible reducción de estos vehículos eficientes preocupa a las organizaciones medioambientales, que señalan la importancia de mantener políticas que promuevan la adopción de tecnologías limpias. Además, se teme un retroceso en los logros alcanzados en la mejora de la calidad del aire y la reducción de emisiones, ya que los taxis de cero emisiones han jugado un rol fundamental en estos avances.
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