El caso de los hermanos Menéndez ha vuelto al escrutinio público con la reciente intervención del fiscal general de Los Ángeles, Nathan Hochman, quien ha expresado su firme oposición a una nueva sentencia para Erik y Lyle. Durante una rueda de prensa, Hochman delineó que, tras una revisión exhaustiva de pruebas y testimonios, considera que los hermanos no son merecedores de una nueva oportunidad que les permita salir en libertad. Según el fiscal, los Menéndez, quienes asesinaron a sus padres en 1989, han sostenido durante más de 30 años una serie de mentiras cruciales acerca del caso, incluido el perjurio en múltiples ocasiones. Hochman afirmó que a pesar de admitir algunas falsedades, los hermanos continúan manteniendo gran parte de sus embustes originales, lo cual, a su juicio, no cumple con los estándares necesarios para una posible rehabilitación o resentencia.
El fiscal destacó, entre otras cosas, que Lyle y Erik Menéndez mintieron respecto a la llamada al 911 después del crimen y la implicación de la mafia, así como detalles sobre la adquisición de armas y eventos del día de los asesinatos. A pesar del clamor de sus abogados y el interés renovado del caso por una reciente serie de Netflix, Hochman ha solicitado formalmente que sea retirada la moción presentada durante la administración de su predecesor, George Gascón, quien favorecía una revisión de la sentencia. Asimismo, Hochman ha insistido en que cualquier decisión sobre la libertad de los hermanos dependerá ahora de la corte, la cual tiene programada una audiencia para el 20 de marzo. Mientras tanto, los Menéndez han sido instigados a buscar otras vías, como una solicitud de conmutación de pena al gobernador de California, Gavin Newsom, una decisión que, de tomarse, podría tener implicaciones políticas significativas.
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