El 27 de enero de 2025 marcará un hito crucial en el panorama de las telecomunicaciones en España, cuando Telefónica termine oficialmente con la interconexión de llamadas basada en la tecnología TDM (Multiplexación por División de Tiempo). Este cambio radical, respaldado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), significará la completa adopción de la tecnología IP (Protocolo de Internet) y la consolidación del uso de la voz sobre IP (VoIP) en las comunicaciones, abriendo un capítulo de modernización total de las redes.
La tecnología TDM ha mantenido un papel central en las comunicaciones durante años, facilitando la transmisión de múltiples señales por un único canal y siendo indispensable para la telefonía digital y el ADSL. A pesar de sus contribuciones pasadas, los avances tecnológicos han dejado a TDM obsoleto, como lo indica el hecho de que para diciembre de 2023, menos del 0,2 % del tráfico de llamadas de Telefónica con otras operadoras utilizaba esta tecnología.
Mantener operativas las centrales TDM se ha convertido en un desafío no solo financiero, sino también logístico. Las dificultades para encontrar repuestos, la escasez de personal cualificado y un alto consumo energético contrastan con la eficiencia de las redes IP. Telefónica planea desmantelar sus 49 centrales TDM, un movimiento que va de la mano con otras iniciativas de modernización como el cierre de las redes de cobre, esperado para 2026.
La transición hacia la tecnología IP no solo promete la continuidad de las comunicaciones telefónicas, sino que ofrece beneficios significativos. La VoIP permite un uso más eficiente del tráfico de datos, reduciendo costos operativos y energéticos. Además, asegura una calidad de audio mejorada y conexiones más estables, aumentando así la satisfacción del usuario. La eliminación de la infraestructura TDM también permitirá a las operadoras concentrar sus recursos en nuevas tecnologías emergentes como el 5G.
Para los usuarios, este cambio será en gran medida imperceptible, pero para las operadoras significará una transformación profunda en sus operaciones, permitiendo optimizar recursos y dirigir esfuerzos hacia innovaciones más avanzadas. Este avance refuerza el ecosistema digital de España, fortaleciendo la infraestructura necesaria para el futuro despliegue del 5G y consolidando la posición del país a la vanguardia de las telecomunicaciones modernas.
De este modo, la fecha del 27 de enero de 2025 se inscribirá en la historia como el inicio de una era renovada en conectividad, caracterizada por la eficiencia, sostenibilidad y preparación para los desafíos tecnológicos futuros. Con este paso, Telefónica y España lideran la transformación hacia un modelo de telecomunicaciones más avanzado y competitivo.