La inteligencia artificial (IA) promete revolucionar la gestión gubernamental a partir de 2025 con un impulso sin precedentes. Sin embargo, expertos de SAS alertan sobre los persistentes retos internos, la calidad deficiente de datos y una regulación aún incierta que podrían frenar el potencial de transformación de estas tecnologías en el sector público.
Un nuevo estudio global, titulado «Your Journey to a GenAI Future: A Strategic Path to Success for Government», revela que el 84% de los líderes gubernamentales planean invertir en IA generativa en el próximo año fiscal. A pesar del optimismo, persisten desafíos como la falta de digitalización y competencias en el manejo de datos, lo cual podría abrir una brecha entre las expectativas de mejora y los beneficios tangibles que estas iniciativas puedan ofrecer, según explica Ensley Tan, líder de consultoría para el sector público de SAS Asia Pacífico.
La oportunidad reside en los datos no estructurados, tradicionalmente ignorados pero que podrían liberar la eficiencia y la agilidad en la formulación de políticas. Ian Kramer, gerente senior en asesoría de atención médica en EE. UU., prevé que la IA aprovechará estos datos para mejorar la toma de decisiones, haciendo que los enfoques de gestión tradicionales queden obsoletos.
La «brecha algorítmica» es otro tema de preocupación, según Shaun Barry, director global de soluciones para riesgo, fraude y cumplimiento en SAS. Esta división podría marcar el destino de los países en términos de crecimiento económico y competitividad, favoreciendo a aquellos que adoptan la IA y dejando atrás a los que ven el progreso con temor.
Además, expertos indican que la IA generativa no será suficiente para enfrentar todos los desafíos. Tom Sabo, arquitecto principal de soluciones en SAS, destaca que se requerirán estrategias multimodales que integre análisis más complejos para realmente empoderar a los expertos gubernamentales.
En cuanto a la regulación y ética, el establecimiento de una gobernanza sólida es esencial. Steven Tiell, jefe global de gobernanza de IA en SAS, sugiere que un enfoque bien organizado no solo mitigará riesgos relacionados con sesgos, sino que también promoverá la colaboración a través de estándares consistentes. La armonización de principios responsables a nivel global, como lo menciona Reggie Townsend, vicepresidente de ética de datos en SAS, será clave para reducir la incertidumbre regulatoria.
La seguridad es otro frente crucial. La proliferación de identidades sintéticas facilitada por la IA generativa ha elevado el peligro de fraudes en impuestos y beneficios sociales. Teya Dyan, consultora principal de SAS, enfatiza la necesidad de capacidades robustas para detectar y mitigar estas amenazas.
Katy Salamati, consultora principal de SAS, subraya la importancia de la IA en la gestión de desastres y la seguridad pública. La implementación de sensores inteligentes y aplicaciones que operen en tiempo real optimizarán la respuesta ante emergencias, protegiendo tanto a las personas como a sus bienes.
En conclusión, aunque la IA ofrece un potencial transformador indiscutible para los gobiernos, su éxito dependerá de la habilidad para superar barreras internas, implementar una gobernanza ética y utilizar estas herramientas avanzadas contra el fraude. La clave no será si la IA cambiará los gobiernos, sino cómo estos gestionarán dicho cambio.