A una semana del intento de asesinato del expresidente y candidato republicano Donald Trump, el FBI continúa investigando las motivaciones de Tomas Mathew Crooks, el joven de 20 años implicado en el ataque. Aunque se han realizado más de 200 entrevistas y revisado sus dispositivos electrónicos, las autoridades están desconcertadas ante la falta de motivos claros. Crooks, descrito como solitario e inteligente, tenía interés en las armas pero no mostraba inclinaciones políticas evidentes. Sus búsquedas de información sobre otros políticos y tiroteos, así como la falta de una confesión, complican más el caso. La policía aún no puede asegurar si su objetivo era meramente ganar notoriedad o si formaba parte de un plan más grande, y comparan el caso con el tirador de Las Vegas, Stephen Paddock, cuyo móvil también sigue siendo un misterio.
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