En el programa Cuarto Milenio se discutió un controvertido experimento realizado en 1939 por el logopeda Wendell Johnson en la Universidad de Iowa, donde se buscó inducir la tartamudez en niños huérfanos. Johnson, quien padecía esta condición, junto a su alumna Marie Tudor, seleccionó a 22 niños, 18 de ellos con problemas de habla. Sin el consentimiento de los niños ni de sus familias, se aplicaron técnicas de refuerzo positivo y negativo, creando un ambiente de presión psicológica y malestar. Los mensajes intimidantes dirigidos a aquellos niños considerados «normales» llevaron a muchos a experimentar aislamiento y problemas de inseguridad social que perduraron en el tiempo.
Aunque nunca se publicó oficialmente, el experimento fue ocultado después de la Segunda Guerra Mundial para evitar críticas desfavorables. Este oscuro episodio salió a la luz décadas después gracias a dos sobrevivientes que produjeron una demanda contra la universidad. Luis Enrique García Muñoz, vicerrector de Investigación de la Universidad Carlos III de Madrid, subrayó la gravedad ética involucrada y cómo los niños, bajo la influencia de Tudor, sufrieron consecuencias devastadoras. Iker Jiménez, también presente en la discusión, enfatizó la importancia de la ética en la investigación con humanos, recordando que las experiencias vividas en la infancia pueden dejar huellas profundas e irreparables.
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