El funcionario Lorenzo Serena ha sido objeto de represalias por parte de sus superiores en el departamento dirigido por el tío de la presidenta Chivite. Serena había denunciado la adjudicación «arbitraria» del túnel de Belate a una empresa relacionada con el socio de Santos Cerdán, describiendo el proceso como «viciado». Esta situación ha generado tensiones dentro del departamento, destacando los desafíos éticos y administrativos que enfrentan los empleados públicos al detectar posibles irregularidades en la gestión gubernamental.
En declaraciones a sus amigos, Serena afirmó que su acción se basó en hacer «lo que cualquier empleado público ha de hacer», subrayando su compromiso con la transparencia y la honestidad en el servicio público. La situación pone de relieve la importancia de garantizar que los procesos de adjudicación de obras públicas se realicen de manera justa y conforme a la ley, evitando conflictos de interés y prácticas arbitrarias que puedan socavar la confianza en las instituciones.
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