En una reciente declaración, Serrano admitió que el comisionista desempeñó un papel crucial para facilitar su contacto con Rosauro Varo, un influyente empresario español. A pesar de las críticas, Serrano defendió la adjudicación de varios contratos a un cliente del mismo comisionista, argumentando que las operaciones se llevaron a cabo de manera legítima y transparente. Subrayó que los contratos fueron otorgados siguiendo los procedimientos estándar y que se seleccionaron basándose en criterios de calidad y competitividad, no por conexiones personales.
Serrano, al responder a las insinuaciones sobre posibles irregularidades, negó categóricamente que hubiera cualquier actividad indebida involucrada en el proceso. Remarcó que todas las decisiones pasaron por un riguroso control de cumplimiento, cumpliendo así con las normativas legales vigentes. Su declaración busca disipar las preocupaciones surgidas en torno a la transparencia del proceso, destacando la integridad y profesionalismo con el que se gestionaron dichas adjudicaciones. A pesar de las explicaciones proporcionadas por Serrano, el debate en torno a la influencia de comisionistas en contratos públicos sigue latente en el panorama económico actual.
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