Un reciente estudio geológico ha revelado que la pérdida de masa terrestre está provocando una elevación en una montaña a un ritmo de dos milímetros por año. Esta elevación gradual ha resultado en un aumento de entre 15 y 50 metros en los últimos 89,000 años. Los expertos consideran este fenómeno una clara indicación de la dinámica y la continua evolución de la corteza terrestre, que se ajusta en respuesta a la erosión y otros factores que redistribuyen la masa en el planeta.
El proceso de aumento en la altura de la montaña es atribuido a la reducción de presión sobre la corteza terrestre debido a la pérdida continua de tierra y material de la montaña. Este tipo de cambios geológicos, aunque imperceptibles en escalas de tiempo humanas, tienen un impacto significativo en la configuración del relieve terrestre a lo largo de milenios. Los resultados de este estudio podrían proporcionar nuevas perspectivas sobre cómo la erosión y otros procesos naturales influencian a largo plazo la topografía global.
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