Las vacaciones, ese anhelado momento de descanso, pueden venir acompañadas de una serie de molestias físicas que sorprenden a más de uno. Desde problemas digestivos hasta brotes de acné y resfriados, estos síntomas son más comunes de lo que se podría pensar y reciben el nombre de «enfermedad del ocio». Aleix Hildebrandt, experto en Psicología de la salud de la Universidad Carlemany, señala que estos padecimientos pueden surgir cuando el cuerpo intenta adaptarse al rápido cambio de ritmo que implica pasar del estrés laboral al descanso vacacional, afectando al sistema inmunológico.
Hildebrandt explica que este fenómeno ocurre cuando la mente y el cuerpo, acostumbrados al constante ajetreo, se enfrentan repentinamente a una reducción del ritmo. Este cambio puede hacer que el organismo baje la guardia, permitiendo que virus y otras molestias tomen ventaja. La transición de una vida llena de obligaciones a un periodo de ocio podría liberar el estrés acumulado de forma que expone debilidades temporales en la salud física. Es importante estar conscientes de estos posibles efectos para poder tomar medidas preventivas y disfrutar plenamente de las vacaciones.
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